jueves, 16 de febrero de 2017

Sistemas Ciencia- Tecnología- Sociedad


Sistemas Ciencia- Tecnología- Sociedad


Hola a todos y a todas!!!

Atendiendo al tema de los Sistemas CTS, mi interés recae en esta ocasión en la percepción social de la ciencia, tema que, por mis intereses tanto profesionales como personales, me parece digno de desarrollar.

Antes de desarrollar el tema, la siguiente fotografía que hice en las Jornadas Doctorales del G9, establece cuáles son los centros y entidades de investigación en España, por si es de vuestro interés acceder a los Links que aparecen:

 

Después de haber leído diferentes fragmentos del informe de la FECIT y del libro “Percepción Social de la Ciencia” cuyo director es el Profesor Rubia, quiero desarrollar una idea que me ha resultado interesante: los/as científicos/as y la torre de marfil.
Tal y como señala Eulalia Pérez en el libro al que he hecho referencia (p.57), “el conocimiento está cada vez más socializado y contextualizado, lo que provoca cambios en la constitución de la ciencia y de la práctica investigadora”.
La autora continúa su discurso señalando la diferencia entre la Ciencia académica utilizada en el pasado (los problemas se planteaban dentro de una estructura disciplinar; tenía homogeneidad de intereses, instituciones (Universidad) y actividades; la estructura era jerárquica y autoritaria, las responsabilidades eran individuales; y era la propia comunidad científica la que evaluaba los resultados); y la que se está desarrollando desde hace pocos años y actualmente continúa haciéndolo: la Ciencia Postacadémica (los problemas se plantean en el contexto en el que se aplican; hay heterogeneidad de intereses, instituciones (además de las Universidades, se cuenta con las empresas, etc.) y actividades; la ciencia es más abierta, heterogénea y transitoria, existe mayor interacción entre diversos actores y mayor responsabilidad; y, finalmente, los mecanismos de control son mayores, teniendo en cuenta otros intereses y valores, además de los tradicionales. De esta forma, la sociedad general y su percepción sobre la ciencia y la tecnología cada vez están adquiriendo más importancia. 
A fin de cuentas… ¿la tecnología es el futuro no?
Así pues, la manera actual de percibir la ciencia debe dar respuesta a una serie de particularidades que, a fin de cuentas, son sociales:
-       Qué tipo de conocimiento se produce.
-       Cómo se produce.
-       El contexto en el que se produce.
-       La forma de organización.
-       El sistema de recompensas que utiliza.
-       Cuáles son los mecanismos de su control de calidad.
Todo ello se resume en que, tal y como señala la autora (pág. 62), “cuando hablamos de ‘ciencia y público’ o mejor de ‘ciencia y ciudadanía’ pretendemos hablar de la ciencia que ayuda y responde a las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos, a la vez que supone una forma de ciencia desarrollada y animada por los propios ciudadanos y ciudadanas”; a fin de cuentas:
Los científicos o investigadores no sólo deben tener las capacidades propias de sus disciplinas. Como parte de la ciudadanía, de la sociedad, poseen intereses, valores y comparten con ella formas de vida, tienen compromisos sociales que les deben llevar a adquirir responsabilidades de grupo, no sólo como individuos. Una de esas responsabilidades debe estar encaminada a poner a disposición de la sociedad todos los medios necesarios para que ésta pueda estar informada críticamente y lograr la reflexividad y distribución social de la ciencia.
Cuando hablamos de Torre de Marfil nos referimos al hecho de que, en múltiples ocasiones, los científicos o científicas trabajan en unos círculos que sólo dominan ellos y sus pares, no haciendo partícipe de sus conocimientos al resto de la sociedad general. No hay interconexiones entre ambas partes, lo que produce desconocimiento y la existencia de mitos y prejuicios hacia los primeros.
Por tanto, como ya vimos en entradas anteriores de acuerdo al tema de la difusión del conocimiento, para que la “CIENCIA” sea realmente puesta en valor por la sociedad general, es preciso que se dé a conocer, explicitando cuál es la relación de las investigaciones con la sociedad actual, qué tipo de investigaciones se están desarrollando, cuál es la formación de los propios/as científicos/as, así como cuánto dinero se utiliza para las éstas y a qué tipo de investigaciones va dirigido.
En definitiva, hacer partícipe a todas las personas de cómo va avanzando el conocimiento y la sociedad.


Invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios 
(Benjamin Franklin, 1706-1790)



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